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Busque un lugar soleado con al menos seis u ocho horas de luz solar directa al día. Asegúrate de que el suelo drene bien; si el agua tiende a encharcarse, plantéate camas elevadas o contenedores grandes para mejorar el drenaje.

• En lugar de hileras, disponga las plantas en pequeños círculos, cada uno dedicado a un ingrediente específico.
• Las plantas más grandes, como los tomates y los pimientos, necesitan círculos más anchos con más espacio entre ellas.
• Las plantas más pequeñas, como la albahaca y el orégano, pueden encajar en círculos más cerrados y próximos entre sí.
• Deje al menos 30 cm entre los círculos para que circule bien el aire y sea fácil acceder a ellos.
• Utiliza mantillo o pequeñas piedras entre los círculos para retener la humedad y reducir las malas hierbas.

Cada ingrediente tiene su propio círculo en el huerto.

• Tomates: Un círculo central o grande, con un tutor o jaula como soporte.
• Albahaca y orégano: Círculos más pequeños cerca de los tomates para disuadir a las plagas y potenciar el sabor.
• Ajos y cebollas: Plantados en los círculos exteriores para ayudar a repeler plagas.
• Pimientos (Bell, Jalapeño, Banana, etc.): Círculos medianos con estacas opcionales para soporte.
• Tomillo y romero: plantados a lo largo del perímetro, ya que prefieren un suelo más seco.

• Riego: Mantenga el suelo uniformemente húmedo, pero evite regar en exceso.
• Mantillo: Ayuda a retener la humedad y a evitar las malas hierbas.
• Abonado: Añadir compost o abono orgánico cada pocas semanas.
• Poda: Recorta las hojas de los tomates y recoge regularmente las hierbas para favorecer su crecimiento.

Recoja los tomates cuando tengan un color intenso y estén firmes. La albahaca y el orégano deben cosecharse antes de que florezcan para obtener el mejor sabor. Los ajos y las cebollas están listos cuando la parte superior se seca, y los pimientos pueden recogerse en distintas fases según el gusto de cada uno.